La ergofobia en el mundo laboral
- Yazmín Maldonado
- 11 jul
- 2 Min. de lectura
Sabemos que, la presión, la competencia y el ritmo acelerado del trabajo son parte del día a día, han comenzado a visibilizarse problemáticas emocionales y psicológicas que antes eran ignoradas. Una de ellas es la ergofobia, también conocida como el miedo irracional al trabajo o a ciertos entornos laborales.
Aunque no es un tema común en el lenguaje cotidiano, la ergofobia es real y puede tener un impacto significativo tanto en la vida de la persona que la padece como en la dinámica al interior de una empresa.
¿Qué es exactamente la ergofobia?
La ergofobia es un tipo de fobia específica que se caracteriza por un miedo extremo e injustificado a trabajar o enfrentarse a ciertas tareas laborales. Dicho temor puede manifestarse con ansiedad intensa, ataques de pánico, sudoración, náuseas, palpitaciones y evasión constante del trabajo.
A diferencia del estrés laboral común, la ergofobia no se basa en una carga de trabajo excesiva o en un entorno tóxico (aunque pueden ser factores desencadenantes), sino que se convierte en una respuesta psicológica desproporcionada e incapacitante.
¿Qué la provoca?
Las causas pueden ser variadas, entre ellas:
Experiencias laborales traumáticas previas.
Acoso laboral o mobbing.
Ansiedad generalizada o trastornos mentales no tratados.
Presión social o autoexigencia excesiva.
Ambientes de trabajo disfuncionales o carentes de apoyo emocional.
¿Cómo afecta a las empresas?
En México, de acuerdo con datos del IMSS y la Secretaría del Trabajo, el 75% de los trabajadores sufre de estrés laboral, y aunque no todos padecen ergofobia, este dato es una red flag sobre el deterioro de la salud mental en los espacios laborales.
Cuando un colaborador sufre ergofobia:
Puede haber ausentismo laboral frecuente.
Disminuye la productividad y la calidad en su trabajo.
Se generan conflictos interpersonales por la falta de participación.
La empresa incurre en mayores costos por rotación y reemplazo de personal.
¿Se puede tratar?
Sí. La ergofobia, al igual que otras fobias, puede tratarse con apoyo psicológico profesional. Las terapias cognitivo-conductuales, el acompañamiento psiquiátrico (si es necesario) y la creación de un ambiente laboral saludable son clave en la recuperación.
¿Qué hago como empresa?
Debemos ver por el bienestar integral de su gente. Aquí algunas acciones recomendadas:
Fomentar una cultura laboral empática y libre de acoso.
Invertir en programas de salud mental y bienestar emocional.
Capacitar a líderes para detectar señales tempranas de ansiedad o fobia.
Ofrecer horarios flexibles o espacios de descanso si es necesario.
La ergofobia no es simplemente “pereza” o “falta de ganas de trabajar”. Es una condición seria que puede afectar profundamente la vida de una persona. En el contexto actual, la salud mental toma un papel protagónico, reconocer y atender estos desafíos se convierte en una responsabilidad compartida entre trabajadores y líderes. Porque trabajar no debería ser motivo de miedo, sino una oportunidad para crecer.

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