¿Muy joven ó muy mayor? El edadismo laboral

La diversidad generacional debería ser una fortaleza, muchos profesionales aún enfrentan barreras por algo tan simple como su edad. En esta línea es donde entra el llamado edadismo (la discriminación por edad) sigue presente en procesos de selección, promociones y dinámicas laborales. Por lo que debemos de empezar a cuestionarnos, ¿Qué estamos perdiendo como empresas al permitirlo?

Si bien sabemos, el talento en cualquier sector no tiene edad, pero el mercado laboral muchas veces actúa de forma contraria. El edadismo en el trabajo es una forma de discriminación silenciosa, pero profundamente arraigada. Seguramente hemos escuchado frases como “buscamos perfiles jóvenes y dinámicos” hasta la negativa de contratar a alguien con “demasiada experiencia”, las prácticas excluyentes por edad afectan a miles de personas en México.

¿Qué es el edadismo y cómo se manifiesta?

El edadismo o discriminación etaria se refiere al trato desigual hacia una persona por su edad, ya sea por considerarla demasiado joven o demasiado mayor para cierto puesto. Se manifiesta de distintas maneras y aquí varios ejemplos:

Durante el reclutamiento, se van descartando a candidatos mayores de 45 años o "inexpertos" a quienes rondan los 20. Ahora ya en el ambiente laboral, se les aparta de ciertos proyectos e incluso se les niega oportunidades de capacitación.

¿Por qué sigue ocurriendo?

Mucho tiene que ver con prejuicios. Se asume que las personas mayores no se adaptan a la tecnología, o que los jóvenes no tienen compromiso. Ambos extremos son mitos. La realidad es que tanto la experiencia como la energía pueden coexistir y complementarse si se crean espacios laborales incluyentes.

Además, muchas empresas aún carecen de políticas claras contra la discriminación por edad. Aunque la ley mexicana prohíbe este tipo de prácticas, el edadismo sigue siendo normalizado o ignorado.

¿Cómo combatirlo?

La respuesta es que como empresas podemos implementar algunas acciones:

Descartar la edad del CV mientras llevamos acabo procesos de reclutamiento.

Capacitar nuestras áreas de Recursos Humanos en sesgos inconscientes.

Diseñar programas de capacitación y desarrollo profesional que involucre a todas la generaciones que conformen el equipo de trabajo.

Es importante destacar que cuando una empresa sabe integrar a personas de distintas edades enriquece su cultura organizacional, promueve innovación y construye entornos más humanos. Dejar atrás el edadismo, es una necesidad para evolucionar como organizaciones responsables, equitativas y competitivas.